martes, 16 de febrero de 2016

comentario del mito de la caverna. texto 4

4) Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería?
- Por cierto.
- Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida?
- Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida.
- Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol?
- Sin duda.
- Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo?
- Seguramente.

COMENTARIO.
Platón lo divide en dos ideas principales: por un lado, aquel prisionero que fue liberado y ha llegado a conocer la verdad al recordar el mundo físico se compadecía de sus compañeros que todavía son ignorantes.
Ya no le satisface el honor ni el privilegio mientras estaba en la caverna, como el conocimiento de la secuencia de las sombras proyectadas en la pared de aquellas figurillas (seres físicos), pues, haciendo alusión a Homero prefería que un hombre fuera humilde y creyente de ideas que un poderoso ignorante.
El sabio ahora tiene la obligación de bajar para ocuparse de su labor política y educar ejerciendo de gobernante pues para Platón solo el sabio podía ser un buen gobernante.
Para ello tendría que soportar burlas de los ignorantes pues no son capaces de entender al sabio.
La segunda idea de Platón es la figura de Sócrates en el encandilamiento que el sabio sufriría al volver a la caverna que no le permitiría observar del nuevo las sombras (ojos acostumbrados a la verdad). Comparando con la torpeza de su maestro durante el ascenso.
Por último Platón vuelve a hablar de Sócrates planteandose el porque el hombre más inteligente no supo como defenderse ante la muerte.
 

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